19 Matatías contestó con fuerte voz: «Aunque todas las naciones que
forman el imperio del rey le obedezcan hasta abandonar cada uno el culto
de sus padres y acaten sus órdenes,
20 yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos en la alianza de
nuestros padres.
21 El Cielo nos guarde de abandonar la Ley y los preceptos.
22 No obedeceremos las órdenes del rey para desviarnos de nuestro
culto ni a la derecha ni a la izquierda.»
23 Apenas había concluido de pronunciar estas palabras, cuando un
judío se adelantó, a la vista de todos, para sacrificar en el altar de Modín,
conforme al decreto real.
24 Al verle Matatías, se inflamó en celo y se estremecieron sus
entrañas. Encendido en justa cólera, corrió y le degolló sobre el altar.
25 Al punto mató también al enviado del rey que obligaba a sacrificar
y destruyó el altar.
26 Emuló en su celo por la Ley la gesta de Pinjás contra Zimrí, el hijo
de Salú.